Básicamente hay dos motivos por los cuales una persona
adopta o adquiere un perro: para mejorar la vida del adoptante/comprador o para
mejorar la vida de ambos.
Llama la atención que se pierda de vista lo más importante que nos da un perro: la oportunidad de sentir lo mejor que
tenemos, el amor. Nos da la oportunidad de experimentar la inmensa gratificación de
dar, de cuidar, de querer. Un perro nos enseña que se puede amar incondicionalmente, un perro nos enseña que es posible entregarse a otro en cuerpo y alma.
Si adopta o adquiere a un perro, que sea para amarlo como él es capaz de amar. Dese a si mismo esa oportunidad.